Estos días, los cielos de la Península han tomado tintes ocres y anaranjados a causa de la calima, un fino polvo en suspensión que los vientos traen desde el desierto del Sáhara.

En vista de ello, varias autoridades, como el Ayuntamiento de Madrid, han recomendado a las personas con patologías respiratorias o cardiovasculares previas que tomen ciertas precauciones, así como al resto de la población que evite hacer deporte al aire libre.

Los efectos de respirar partículas sólidas en suspensión

Y es que al menos en exteriores es inevitable aspirar partículas de este polvo, lo que puede ocasionar algunos problemas de salud especialmente en las personas de más riesgo.

Concretamente, la calima resulta irritante para las vías respiratorias, lo que podría resultar en algunas molestias en personas previamente sanas. Para este grupo, no obstante, lo normal es que los efectos negativos terminen ahí.

En cambio, en personas con patologías respiratorias crónicas (como bronquitis o asma) esta irritación puede significar un empeoramiento de las mismas y desencadenar episodios.

Los efectos más graves afectan a quienes tengan antecedentes de enfermedad cardiovascular, aunque hay que destacar que son poco comunes. Así, la inhalación de partículas sólidas puede generar respuestas inflamatorias en el sistema circulatorio, que pueden empeorar la sintomatología de enfermedades crónicas e incluso producir episodios como arritmias,

 » Leer más