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  • Tienen menos riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.
  • Se trata de un estudio de la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York.
  • La investigación ha hecho un seguimiento a mujeres posmenopáusicas.

Las mujeres con grasa en la zona abdominal tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares que las que la acumulan en las piernas

Las mujeres posmenopáusicas con un cuerpo en forma de manzana, esto es, con grasa localizada en la zona abdominal, presentan un mayor riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares que aquellas que la acumulan en la parte superior de las piernas, es decir, las que tienen una figura en forma de pera. 

Se trata de las conclusiones de un estudio realizado por la Facultad de Medicina Albert Einstein de Nueva York y publicado en el European Heart Journal, que ha establecido una relación entre la distribución de la grasa en el cuerpo de las mujeres tras la menopausia y la posibilidad de padecer una de estas patologías.

De acuerdo con los resultados de la investigación, no existe relación entre la cantidad total de grasa corporal y el peligro de padecer enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, la distribución de este tejido adiposo sí que influye en el caso de las mujeres tras el cese de la menstruación.

Así, la adiposidad en la región del vientre aumenta el riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, incluso en las mujeres con un peso normal. Por el contrario, la concentración de grasa en la parte superior de las piernas y en las caderas se vincula con una posibilidad menor de padecer este tipo de afecciones.

De este modo, las mujeres con un cuerpo tipo manzana, en las que coinciden un alto procentaje de grasa en la región del tronco y bajo en las extremidades, tienen una probabilidad tres veces superior de sufrir un problema cardiovascular que aquellas con una distribución opuesta del tejido adiposo.

El estudio ha incluido a 2.683 mujeres posmenopáusicas con un índice de masa corporal normal, a las que se ha realizado un seguimiento durante 18 años con el objetivo de comprobar la influencia de la distribución de la grasa en el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Del total de las participantes, 291 presentaron este tipo de afecciones.

Una incógnita: cómo redistribuir la grasa

Por el momento, los autores del estudio ignoran cómo redistribuir la grasa corporal para que se concentre en las piernas y no en el abdomen y no han podido determina qué tipo de ejercicio será más adecuado para transferirla de una región a otra.

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