Cinco o diez minutos en el agua y las yemas de los dedos de las manos y pies se arrugan. Se trata de una reacción de la piel habitual al entrar en contacto con el agua de la piscina o del mar, o simplemente al darnos un baño largo. Pero, ¿por qué ocurre únicamente en estas zonas del cuerpo y no en otras?

Se trata de una cuestión que sigue desconcertando a la comunidad científica y uno de los motivos que se creía era por la absorción del agua en la dermis. Sin embargo, una de las teorías más aceptadas hasta ahora es que estas zonas de la piel se arrugan rápidamente como método de adaptación al agua y para obtener un mejor agarre.

Una de las creencias previas a estas teorías era que las arrugas que aparecían en los dedos eran el resultado de la absorción del agua por la capa externa de la piel. «Se pensaba que se trataba de una reacción bioquímica, de un proceso osmótico que hace que el agua desaloje una serie de componentes de la piel, provocando que los dedos y palmas de pies y manos se queden macerados y arrugados», explicaba a Infosalus el doctor Román Barabash Neila, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venerología (AEDV).

 » Leer más