El coronavirus está poniendo en jaque la salud física de la sociedad española, pero también la estabilidad mental de los ciudadanos. Un encierro obligatorio de por lo menos dos semanas, el miedo a la enfermedad, la cancelación de proyectos vitales, la incertidumbre económica… Todos ellos son enemigos terribles a los que la población debe enfrentarse ahora y una vez se supere, que se superará, el estado de alarma. Mantener una actitud optimista, seguir unos hábitos adecuados de higiene, apoyarse en la familia y amigos y acudir a fuentes de información contrastadas son algunos de los consejos que ofrecen los psicólogos, que se están movilizando para atender de forma telemática a quienes lo necesiten.

«No es lo mismo pensar en negativo que en positivo, que uno crea que el confinamiento es algo estúpido o que tome conciencia de que estos quince días en casa servirán para controlar la pandemia, para que la gente que lo necesita pueda ser bien atendida y, en definitiva, para salvar vidas. Si nos damos cuenta de que estamos haciendo algo solidario, nos sentiremos bien», explica José Antonio Luengo, secretario de la Junta de Gobierno del Colegio de Psicólogos de Madrid.

Pero no sólo hay que mirar hacia afuera. Los expertos aconsejan aprovechar estos quince días para acercarnos a los que tenemos más cerca, para convivir con quienes vivimos. «Tenemos la oportunidad de hacer con ellos lo que la vida diaria, tan frenética, no nos permite: ahora habrá tiempo para ver películas, jugar, ordenar los armarios… También es el momento de ponernos en contacto con todas esas personas a las que siempre queremos llamar, pero nunca tenemos tiempo de hacerlo. Sonrisas y amabilidad para tiempos difíciles», receta Luengo, que aborda un tercer aspecto, el del comportamiento y las acciones que se deben llevar a cabo durante el encierro.

«Vamos a vivir una experiencia única y eso nos exige rutinas diferentes. Nuestro día a día deberá estar más planificado,

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