Primero no eran necesarias, después fueron recomendadas, luego obligatorias en el transporte público y ahora no se puede salir de casa sin llevar una si se acude a lugares públicos o donde no pueda respetarse la distancia de seguridad. La historia sobre el uso o no uso de mascarillas en España ha sido tan larga como los tres primeros meses de pandemia. Mientras, la existencia de contagiados asintomáticos, que no tosen ni estornudan, ha preocupado a diferentes expertos y recuerda que al hablar y respirar las personas exhalan pequeñas partículas, microgotas invisibles al ojo humano, que pueden contener carga viral.

La transmisión de los virus respiratorios en humanos se produce de dos modos: por contacto, ya sea directo (apretón de manos) o indirecto (por un objeto tocado por una persona contagiada), y por el aire, de forma violenta (por gotas procedentes de toses o estornudos), pero también a través de microgotas (aerosoles) exhaladas al hablar y respirar.

La OMS asegura que el SARS-CoV-2 se transmite principalmente a través gotas respiratorias de más de 5 micras, pero expertos en ciencia de aerosoles, como la Asociación Americana para la Investigación en Aerosoles, explican que gran parte de la investigación de enfermedades transmitidas por el aire antes de la pandemia actual se ha centrado en eventos respiratorios violentos y que «se ha prestado menos atención a la transmisión de aerosoles, pero hay razones importantes para sospechar que desempeña un papel en la alta transmisibilidad del SARS-CoV-2». Advierte que «ahora hay pruebas sólidas de que muchas personas infectadas que transmiten la Covid-19 son mínimamente sintomáticas o no presentan síntomas» (un 80%) e insisten en tener en cuenta las microgotas que una persona emite normalmente hablando y respirando y que se cuentan por miles.

Los investigadores de aerosol son conscientes de que estimar la probabilidad real de transmisión a través de estas microgotas es complicado y requiere del trabajo de diferentes disciplinas.

 » Leer más