La celulosa y el poliéster proceden de Asturias y llegan al Centro Tecnológico de Confección de Talavera de la Reina (Toledo) donde se realizan los patrones de las mascarillas desechables, se cortan y empaquetan. Después, el material se traslada a una fábrica textil de San Pablo de los Montes (Toledo) donde se da el toque final antes de ser utilizadas. Un proceso encomendado por los ministerios de Sanidad e Industria con el fin de resolver el problema de la falta de mascarillas para protegerse del coronavirus.

De esta forma va a comenzar la producción de 15.000 mascarillas diarias, cifra que podría llegar a 30.000 según cálculos de la Junta de Castilla-La Mancha, que también colabora en este proyecto. «Estamos trabajando mucho y todos, así como los ministerios, que están haciendo un esfuerzo importante para cubrir de la forma más inmediata posible las necesidades que en estos momentos tiene este país», apunta Pablo García, presidente del Centro Tecnológico de Confección de Talavera.

«Lo que nos llega al centro desde Asturias es una mezcla de celulosa y poliéster. Aquí cogemos la materia prima, la extendemos, le ponemos el patrón de la mascarilla, las cortamos y después se envían a otra empresa para que cada mascarilla sea cosida», explica el presidente de este centro que comenzó a funcionar en 1994 con el objetivo de apoyar a las empresas de textil/confección, un sector que fue puntero en Talavera hasta que llegó la crisis de 2008, que acabó con un buen número de fábricas y que acabó por dar la puntilla a empresas que llevaban tiempo sufriendo por la competencia del textil chino, mucho más barato aunque de peor calidad. Ahora otra crisis, la del coronavirus, ha devuelto la actividad a estos talleres.

 » Leer más