Hoy se cumple una semana de la llegada del verano y nadie duda de que ha entrado con fuerza. Y la ola de calor que ha calentado los termómetros por encima de los 40ºC en la península Ibérica, hasta los 43,3 grados en Zaragoza, no será la última. Con estos valores, es importante tomar medidas para prevenir los daños que puede producir el calor, especialmente cuando uno vive solo, trabaja al aire libre o hace deporte en exteriores.

Para enfrentarse a una ola de calor o, simplemente, a los efectos de las altas temperaturas estivales, la clave está en seguir unas medidas de precaución. Beber agua regularmente, aunque no se tenga sed, es la piedra angular para combatir los efectos adversos del calor, especialmente en los grupos de mayor riesgo, como el de los ancianos. «Es mucho más acusado en una persona de la tercera edad, cuyos mecanismos compensatorios del balance hídrico y mineral están afectados. El riñón no responde igual ante una pérdida de líquido», explica Javier Dagnesses, médico del Grupo Casaverde. Evitar la cafeína y el alcohol también es importante, ya que aumentan la temperatura corporal y contribuyen a la deshidratación (los hombres necesitan más líquido que las mujeres). También es crucial adaptar la alimentación, y optar por comidas ligeras y que permitan reponer sales minerales. Ensaladas, frutas, verduras, gazpachos… aportan al organismo armas más poderosas para combatir las consecuencias del calor. Usar prendas que permitan la transpiración, cubrirse la cabeza con sombreros o gorras y utilizar gafas de sol homologadas que filtren la radiación ultravioleta son otros de los consejos básicos.

Con todo, el calor siempre puede crearte problemas de salud. Estos son cuatro de los más comunes, y las pautas para identificarlos, evitarlos y reponerte de ellos.

El temido golpe de calor

El efecto más grave derivado de las altas temperaturas es el golpe de calor. «Es potencialmente mortal; si no se interviene rápido, el paciente fallece, ya que se trata de una emergencia médica que puede provocar un fallo multiorgánico», advierte Dagnesses.

El golpe de calor se produce por el aumento de la temperatura del cuerpo,

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