La ley antitabaco entró en vigor el 2 de enero de 2011. Hubo un cambio importante respecto a la distribución y consumo del tabaco y muchos fumadores dejaron este hábito. Ahora, ocho años después, el número de fumadores ha vuelto a aumentar entre los más jóvenes por lo que es necesaria una nueva reforma de la ley y hacer campañas en los colegios, donde se muestren las consecuencias negativas del tabaco. La anterior reforma sirvió para rebajar el número de muertes por infartos y distintos tipos de cánceres, pero ahora se ha reavivado el problema y hay que tomar nuevas medidas disuasorias. Creo que las prohibiciones no gustan a nadie, pero es la forma de que se cumpla la ley y se respete el dictamen de los médicos, a los que debemos estar agradecidos. La vida sin tabaco es mejor vida.

Fernando Guerrero Barrio. Cornellá de Llobregat (Barcelona)

Puedes seguir EL PAÍS Opinión en Facebook, Twitter o suscribirte aquí a la Newsletter.

 » Más información en elpais.es