Una persona practica con un maniquí una maniobra de reanimación. EPV

La asfixia por atragantamiento es la tercera causa de muerte no natural en España por delante los accidentes de tráfico. En 2017, un total de 2.336 personas perdieron la vida porque un trozo de comida u otro objeto les impidió respirar y nadie logró ayudarles a expulsarlo, según recoge el Instituto Nacional de Estadística (INE). Solo se sitúan por encima el número suicidios (3.679) y el de muertes por caídas accidentales (3.057).

La mayoría de quienes murieron atragantados tenían más de 65 años (2.112). Algo que el secretario general de la Sociedad Española de Otorrinolaringología, Raimundo Gutiérrez, achaca a la disfagia, es decir, a la dificultad para tragar que aparece como síntoma de muchas enfermedades. “Las personas que hayan sufrido un íctus, padezcan ELA o enfermedades neurodegenerativas como el párkinson tienen muchas probabilidades de desarrollar problemas de deglución y por eso deben seguir una dieta adaptada a sus limitaciones”, comenta por teléfono. Sin embargo, los datos del INE indican que del total de muertes por asfixia, solo 212 se debieron a atragantamientos por alimentos. El resto las provocaron otros objetos. “Pastillas y fragmentos de dentadura son los más habituales”, asegura Gutiérrez, quien también es el jefe de la Unidad de Otorrinolaringología del Hospital Rey Juan Carlos. Y añade: “En el caso de los niños, juguetes y canicas son los elementos más comunes”.

El facultativo advierte de que se producen casos de atragantamientos que, si bien no producen la muerte inmediata de quien lo sufre, devienen en neumonías aspirativas al desplazarse el objeto al pulmón y generar una infección que sí puede terminar con la muerte del paciente. “Y estas muertes no figuran en las estadísticas”, zanja. El año pasado murieron cuatro menores de 14 años atragantados por objetos y tres por alimentos. El último, Tiago, un niño de 3 años que se asfixió el pasado fin de año por culpa de una uva en Gijón (Asturias). El menor llegó al Hospital de Jove sin respiración y los intentos de reanimación fueron fallidos.

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