Médicos de atención primaria de toda Galicia han ido este miércoles a la huelga para exigir el fin de la enorme sobrecarga de trabajo que los recortes presupuestarios de la crisis les han dejado. La protesta, en virtud de los datos aportados por los convocantes, ha sido secundada con diferente intensidad según el área sanitaria, con un seguimiento de un 50% en Santiago, de casi un 95% en Vigo y de entre el 84% y el 100% en A Coruña. El Servizo Galego de Saúde (Sergas), por contra, reduce la media de todos los ambulatorios gallegos a poco más del 20%.

Esta movilización, apoyada por el sindicato médico CESM pero en la que no se ha implicado la plataforma SOS Sanidade Pública por no afectar a todos los profesionales del sistema público de salud, se produce tras la masiva huelga de médicos de familia y pediatras que vivió la comarca de Vigo el pasado mayo. Los centros de salud del sur de Pontevedra se han convertido en el epicentro de las protestas contra la política sanitaria del Gobierno del popular Alberto Núñez Feijóo. El malestar acumulado durante años entre los facultativos estalló en esta área con la dimisión de una veintena de jefes de servicio, una sacudida que logró arrancarle incluso a la Xunta un plan de mejora de la atención primaria.

El Sergas asegura que “cerca del 70% de las medidas a corto plazo” de ese Plan Galego de Atención Primaria 2019-2021 que elaboró para intentar mitigar las protestas “están ya funcionando o comenzaron su implantación”. Y para sustentar su afirmación cita la convocatoria de la Oferta Pública de Empleo (OPE) de 2019 con 528 plazas en las categorías específicas de los centros de salud de un total de 1.492 puestos y la dotación de cara a los próximos años de 331 nuevas plazas (80 de médicos de familia, 20 de pediatras y 130 de enfermería), 52 de ellas para este año. El plan recoge en total 200 acciones y cuenta con 102 millones de euros de presupuesto para gastar en un periodo de tres años (80 de ellos para obras y equipamientos).

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