Sebastien Jondeau, asistente personal del modisto alemán Karl Lagerfeld durante más de 20 años, ha hablado del que fue su jefe, que falleció el pasado 19 de febrero, a los 85 años. Diez meses después, el guardaespaldas del conocido como el kaiser de la moda habla de lo duro que ha sido para él la desaparición de Lagerfeld e incluso sus últimos años junto a él, pues Jondeau fue la única persona —además de los médicos— que conocía que el diseñador padecía cáncer: «Hasta el día de su muerte, ninguno de sus familiares lo sabía».

En una entrevista en la revista francesa Paris Match, Jondeau, de 44 años, explica que Lagerfeld no padecía cáncer de páncreas, como se pensaba hasta ahora, sino que la enfermedad le afectaba a la próstata. Fue en junio de 2015, estando maestro y alumno de vacaciones en Saint-Tropez, en la Costa Azul, cuando el diseñador le advirtió a su persona de máxima confianza que le costaba orinar. Jondeau no se lo pensó. Le acompañó al médico y consiguió cita con dos expertos urólogos de París, que le ordenaron hacerse una serie de pruebas. Algo que no gustó al modisto, que al principio se resistió. «¡Ah, no! ¡No, enfermera!», recuerda el ayudante que refería Lagerfeld cada vez que las especialistas le intentaban realizar algún test. Sin embargo, tras conocer los resultados, el diseñador se derrumbó. «Nunca lo había visto tan mal, tan preocupado», admite Jondeau a la revista francesa.

Para Jondeau, apoyar a Lagerfeld en sus momentos más difíciles fue una experiencia bastante dura, más teniendo en cuenta que el guardaespaldas era como «el hijo que le hubiera gustado tener en algún momento de su vida». «Ya no dormía de noche. Era como una batalla dentro de mí. Estábamos luchando para encontrar tratamientos. A veces las noticias eran buenas, otras malas», cuenta. Cuando su gran amigo empeoró y el pronóstico ya era fatla, Jondeau decidió instalarse tres días en una habitación contigua a la del modisto.

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