Se presenta como “una empresa de economía real”, que vende servicios médicos, que “factura y cobra”. Nada de esa etérea nueva economía. Atrys es también un alumno aventajado en el Mercado Alternativo Bursátil (MAB), la Bolsa de los pequeños valores: en 2019 se revaloriza un 82%, tras Agile Content y Fadephi Biometría, pero con una capitalización muy superior a ellos, de 116 millones. El Financial Times la ha situado en el puesto 341 del FT 1000: Europe’s Fastest-Growing Companies, que reconoce a las compañías más prometedoras del continente. ¿Qué puede fallar? “Este es un proyecto ambicioso, que tiene más futuro que pasado”, cree su presidente, Santiago de Torres. Ve un claro “viento de cola” para su negocio: el envejecimiento de la población, la falta de médicos y en especial, el crecimiento de la incidencia del cáncer y los avances en su tratamiento.

En la presentación corporativa citan esas expectativas a través de un estudio de la OMS sobre la enfermedad: la probabilidad de haber tenido un cáncer a los 85 años en el 2040 será del 50,8% para los hombres y del 32,3% para las mujeres.Un dato terrible que para las empresas es una oportunidad, ya que disparará el gasto sanitario en los países desarrollados y hará que el aumento de la clase media demande mejores servicios médicos en los Estados en vías de desarrollo. “Nuestro negocio está en dos ámbitos, en oncología y en diagnóstico en la Red a través del cloud. En un futuro, lo más importante que haremos en el sector sanitario será diagnosticar con precisión”, analiza De Torres. Para ello Atrys ya tiene un gran laboratorio en Barcelona de diagnóstico oncológico con tres áreas de anatomía patológica, citología y hematología. Trabaja tanto para el sector público (30%) como para el privado, y este año facturará cerca de 20 millones de euros con un ebitda de siete millones.

Atrys se creó en 2015 a partir de dos empresas: Ediagnostic, de telemedicina, y Althia, de diagnóstico oncológico. “Hace años había leído la experiencia de una empresa india,

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