Más de cuatro mil casos positivos en 24 Estados de la Unión Europea. Con esas cifras encima de la mesa se reencontraban este viernes en Bruselas los ministros de Sanidad en su segunda reunión extraordinaria en menos de un mes con el coronavirus como único asunto de debate. La anterior cita, el 13 de febrero, fue previa al brote en Italia y a una rápida expansión del virus por el continente que, advierten, aún se mantendrá durante las próximas semanas.

Ese avance que parece incontrolable, la eficacia de las medidas de contención que se están aplicando, y las que podrían llegar a activarse si la situación empeora, marcaron la primera fase de un encuentro de trabajo que se prolongó cinco horas. Y en el que se acordó mejorar los mecanismos de respuesta para la detección precoz de casos, compartir recursos, proteger a los grupos más vulnerables y al personal médico, garantizar el abastecimiento de medicamentos y equipamiento sanitario y abordar compras conjuntas. Ya hay en curso una licitación en la que se han implicado veinte socios y «habrá convocatorias conjuntas para otros productos médicos en los próximos días», explicó la responsable de Salud de la Comisión Europea, Stella Kyriakide.

Coordinación y cooperación. Nada contradictorio, se insiste desde Bruselas, con el hecho que cada Estado miembro (y dentro de él en distintas regiones) esté respondiendo al impacto del coronavirus con medidas distintas que responden a la situación particular del brote. El cierre de colegios y universidades en Italia, por ejemplo, aún no es aplicable en otros países. Pero sí se ve como «una experiencia de la que extraer lecciones», explican desde la Comisión.

El ministro Salvador Illa descartó replicar la medida en este momento en España. «Si hacemos lo que tenemos que hacer, estamos en condiciones de contener la expansión del virus en nuestro país, según nos dicen los expertos. Pero evidentemente -añadió- no podemos descartar ningún escenario.

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