Los pulmones de Celestino Tolosa decían la verdad. Estaban atestados de amianto después de haber trabajado durante décadas con amianto, esta sustancia cancerígena tan utilizada en la industria guipuzcoana. Así lo sentencia el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV). Su familia ha ganado una batalla que por desgracia ha durado más de treinta años. La lucha ha dado sus frutos, aunque nadie podrá devolverle la vida a este irundarra. Murió antes de conocer la verdad. Por eso, su hija Otsanda no ha querido que la historia de su padre cayera en saco roto. Se siente «feliz» porque al fin «se hace justicia».

El pasado mes de mayo recibieron un duro revés. La magistrada de lo Social nº 2 de San Sebastián desestimó la demanda de la familia de Celestino Tolosa ‘Xarra’ porque el informe del Hospital Valdecilla de Santander, que demostraba que sus pulmones contenían asbestosis después de inhalar el material nocivo en su puesto de trabajo, no aportaba, según la juez, «más pruebas o datos que desvirtúen el diagnóstico dado hasta entonces por los especialistas». Pero no quisieron darse por vencidas. Con las pruebas del centro de Santander en la mano, decidieron recurrir al Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) porque «teníamos la certeza de que había enfermado trabajando», relata con serenidad Otsanda.

La buena noticia llegó la semana pasada. El Tribunal Superior de Justicia del País Vasco (TSJPV) reconocía «la enfermedad profesional» de Celestino Tolosa. En su sentencia, el juez falla que el Instituto Nacional de Seguridad Social (INSS) deberá asumir la responsabilidad del pago «correspondiente a la prestación de viudedad» de Kontxi, la mujer del fallecido. Lo que se puede traducir en un aumento considerable en su pensión. Además, la empresa en la que trabajó, CAF, deberá hacer frente a una importante cuantía económica por daños y perjuicios, aún por concretar.

Tanto para Kontxi como para Otsanda,

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