Un turista chino de 80 años se ha convertido en la primera víctima mortal por el Covid-19 fuera de Asia. La ministra de Sanidad francesa, Agnes Buzyn, ha anunciado esta mañana que el estado del paciente, ingresado desde el pasado 25 de enero, «se había degradado rápidamente y estaba desde hace varios días en estado crítico». Anoche falleció en el hospital Bichat de París, donde había permanecido en aislamiento desde su ingreso.

Se trata, ha dicho, «de la primera muerte fuera de Asia y la primera en Europa». De los once casos detectados en Francia, cuatro se han curado, ha señalado la ministra, mientras que otros seis permanecen hospitalizados «aunque su estado no inspira inquietud». Entre los que siguen ingresados se encuentran los cinco británicos que se contagiaron en los Alpes.

El paciente fallecido era originario de la provincia de Hubei y entró en el país galo el pasado 16 de enero. Su caso generó cierta polémica en Francia porque, a los pocos días de aterrizar, empezó a sentirse mal y acudió al hospital. Sin embargo, como solo tenía fiebre y no presentaba problemas respiratorios, los médicos decidieron no ingresarlo. Tres días después dio positivo por el coronavirus y su estado era ya «muy grave». Su hija, que le acompañaba en el viaje, también se contagió y continúa hospitalizada, aunque su situación no es preocupante.

Buzyn, médico de profesión, ha señalado esta mañana que las autoridades sanitarias francesas siguen muy de cerca la situación internacional y que deben preparar su sistema para «afrontar una eventual difusión pandémica del virus y, por lo tanto, a una circulación del virus sobre el territorio nacional».

Hasta el momento, solo se habían registrado tres muertes fuera de China continental: una en Filipinas, otra en Hong Kong y una tercera en Japón. En el territorio chino los fallecidos se elevan ya a 1.500, mientras que los contagiados a nivel mundial son más de 66.000.

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