Es un clamor generalizado del personal sanitario prácticamente a nivel nacional: no disponen de material suficiente para protegerse frente al coronavirus. Ellos, que se exponen a la enfermedad para salvar la vida de los demás, se sienten desvalidos ante la pandemia y lo vienen alertando desde hace semanas. Para insistir en esa protesta, anestesiólogos de toda España han suscrito una carta en la que reclaman tanto esos equipos de protección como respiradores para los enfermos.

«Se nos transmite que no usemos mascarilla habitualmente durante todo el tiempo que estamos en el hospital porque hay pocas y las vamos a necesitar cuando haya más pacientes ingresados», denuncia el texto. «Antes las teníamos en los vestuarios. Ahora escasean tanto que las tienen bajo llave las secretarias o las supervisoras de quirófano. No hay la disposición que teníamos antes para cogerlas», concreta sobre su centro uno de esos profesionales en declaraciones a este diario.

El documento, que partió de Cádiz, ha sido suscrito ya por cerca de cincuenta profesionales de una especialidad, la Anestesiología, Reanimación y Tratamiento del Dolor, que a finales de la semana pasada sumaba más de un centenar de bajas entre sus filas a causa del Covid-19. Una unidad altamente expuesta al virus al ocuparse de maniobras como la intubación, a través de la que pueden entrar en contacto con pequeñas secreciones.

«Estuvimos haciendo nuestro trabajo sin que se hubiesen detectado los casos y no estábamos protegidos», explica la misma fuente. Desde que estalló la crisis sanitaria saben que para actuar con un paciente con coronavirus deberían pertrecharse con los denominados EPI (equipos de protección individual), esos que les hacen asemejarse a «un astronauta», pero si ya las mascarillas escasean, estos en algunos hospitales ni siquiera existen. En lugar de pantallas de metacrilato para taparse la cara, gafas, mascarillas específicas, doble guante y calzas tienen que recurrir a batas impermeables, sus gorros convencionales, mascarillas de quirófano… en definitiva, a equipamiento mucho menos seguro.

Ante esas circunstancias, el miedo a resultar infectado es grande pero no temen por ellos sino por aquellos a los que dejarían de ayudar: «Siempre queremos ser útiles pero ahora mucho más. Nos aterra contraer el Covid-19 y que nos tengamos que quedar en casa. Todas las profesiones son importantes, pero ahora mismo los sanitarios somos el mayor valor que tiene el país.

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