La pasta, y los carbohidratos en general, tiende a ser uno de los alimentos denostados en muchas dietas iniciadas este enero tras los excesos navideños. Sin embargo, los expertos recomiendan no erradicarla del contexto de una dieta saludable, siempre y cuando se consuma de una determinada manera.

En este sentido, la profesora en nutrición y ciencia de los alimentos por la Universidad de Newcastle Emma Beckett aclara en un artículo en The Conversation por qué la pasta «no es solo carbohidratos» y, por ende, no debería ser eliminada, incluso si el objetivo marcado para este año es perder peso.

Según explica Beckett, una taza de pasta cocida (en torno a 145 gramos) tiene unos 38 gramos de carbohidratos, 7,7 g de proteínas y 0,6 g de grasas, «además del agua que se absorbe al cocinar y muchas vitaminas y minerales», apunta.

Aunque los carbohidratos son mayoría dentro de la composición de la pasta, la experta recomienda «pensar en el contexto» en que esta se consume.

Por este motivo, recuerda que tanto las grasas como los carbohidratos y las proteínas son macronutrientes que «se descomponen en el cuerpo para producir energía». En este sentido, prosigue, «los rangos aceptables de distribución de macronutrientes describen la proporción o el porcentaje de macronutrientes que deberían proporcionar esta energía»,

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