Tomás Calamardo Villamayor (50 años) es policía local de Coslada desde hace 27 años. Desde su creación en 2005 es uno de los tres agentes integrantes de la unidad de los agentes tutores, que se encarga de atender a menores y de dar charlas por colegios e institutos del municipio. Sus clientes son chavales de seis a 16 años (unos 8.000 alumnos). Este dispositivo policial fue pionero en la región al crear talleres para que los adolescentes no cayeran en la ludopatía, sobre todo, al ver cómo se incrementaban de manera exponencial las casas de apuestas y los anuncios para jugar en internet. Junto con su compañero Javier Plaza y el director del instituto Antonio Gaudí, Francisco J. Pastor, acaban de publicar Menores en el laberinto. Casos y cosas del policía tutor y la educación (Ediciones Albores).

¿Cómo surgió el hablar de juego en las aulas?

Nuestro trabajo consiste en ver lo que va surgiendo. Una señora se acercó a dependencias y dijo que quería hablar con nosotros. Su hijo de 17 años se había gastado en locales de apuestas 7.000 euros en efectivo que le había quitado a ella procedentes de una herencia. Se lo había gastado en la ruleta. Empezamos a ver que había un problema y empezamos a investigar. Nos dimos cuenta de que en cada barrio había dos o tres locales de apuestas, incluso en los barrios más humildes.

¿Un factor importante será la publicidad de estos locales y de estas webs?

Cuando nos pusimos en contacto con otra gente que ya trabajaba con estos temas, pudimos comprobar que había bastante publicidad en televisión, pero a todas horas incluso en horarios de máxima audiencia y con famosos, tanto del deporte como del cine.

¿Cuál es el factor desencadenante para caer en el juego y en la ludopatía?

Lo peor que le puede pasar a un chaval es que le toque. Se ha prohibido que se haga publicidad de alcohol y de tabaco en televisión y, sin embargo, las apuestas deportivas se están fomentando a cada momento.

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