“Si queremos financiar las pensiones y la salud, debemos pensar en cómo tener más niños y no en cómo los abortamos”, declaró Casado en una entrevista a Efe. El líder del PP ya había manifestado, incluso en su campaña de primarias, que prefería la ley del aborto de 1985 (de supuestos) a la vigente, de 2010 (de plazos). En su discurso de la pasada convención ideológica del partido pronunció una frase deliberadamente ambigua sobre la defensa de la vida — “no ha dicho aborto”, quisieron aclarar desde la dirección del PP—, pero este jueves fue un paso más allá, comprometiéndose directamente a derogar la ley y vinculando el aborto con el dinero para las pensiones. El vicesecretario de organización del PP, Javier Maroto, también pronunció unas polémicas declaraciones sobre el asunto: “El supuesto de aborto más habitual en España es el que sucede en el tercer hijo. Se está utilizando como una herramienta de conciliación y eso es brutal”, dijo.

En 2017, los abortos subieron un 1% en España tras una caída sostenida que empezó con la entrada en vigor de la ley de plazos que ahora Casado quiere eliminar. Sus declaraciones han generado malestar en el partido, al que siempre ha incomodado este asunto, hasta el punto de que en el último gran congreso nacional que presidió Mariano Rajoy, en 2017, se accedió a introducir el voto de conciencia para que ningún cargo público fuera multado por no oponerse a una ley de otro partido, por ejemplo.

Las fuentes consultadas coinciden en que es un debate superado, que no da votos, sino que los quita, porque no hay una alarma social sobre el número de abortos y en las encuestas, sus votantes tampoco muestran una voluntad mayoritaria por cambiar la ley, algo que hoy no podría llevarse a cabo ya que el PSOE, Podemos y Ciudadanos se oponen a tocarla.

En una entrevista a EL PAÍS, el pasado noviembre, el propio Casado admitía que las encuestas le desaconsejaban meterse en el asunto, pero aún así ha decidido resucitar el debate.

 » Más información en elpais.es