Los dueños de la empresa Magrudis, José Antonio Marín y su hijo Sandro Marín en los juzgados de Sevilla. Foto: ALEJANDRO RUESGA Vídeo: Atlas

La juez Pilar Ordóñez, que instruye la causa contra la empresa Magrudis, responsable del mayor brote de listeriosis de España, ha decretado prisión provisional comunicada sin fianza para el dueño de facto de Magrudis, José Antonio Marín Ponce, y su hijo mayor Sandro, que aparece en el registro civil como socio y administrador único de la cárnica. La instructora les atribute un delito contra la salud pública, tres delitos de homicidio por imprudencia grave, dos delitos de lesiones al feto con resultado de aborto y lesiones por imprudencia grave. El hijo menor ha quedado en libertad con cargos y deberá comparecer en los juzgados dos días al mes. Las grabaciones telefónicas que los investigadores realizaron a los Marín han sido determinantes para su detención, informan fuentes cercanas a la investigación.

En el auto de prisión la juez señala que tanto Marín Ponce como su hijo mayor «tenían conocimiento al menos desde diciembre de 2018 de que había listeria en sus instalaciones», tal y como se desprende de la conversación intervenida entre el dueño y su hermano el 12 de septiembre en la que reconoce que en febrero tuvieron constancia de los positivos encontrados en las muestras tomadas en 2018, pero que se limitó a retirar el producto porque era muy poca cantidad. En uno de los documentos intervenidos titulado «seguimiento de los lotes de Magrudis» consta uno etiquetado el 20 del diciembre del año pasado. “Ello implica que el producto nocivo para la salud de las personas fue puesto en el mercado, perdiéndose el dominio sobre el riesgo creado”, indica Ordóñez para quien ese comportamiento determina que «si bien no imaginaban el resultado, sí tenían conocimiento de esa eventualidad y de la probabilidad de que el producto, una vez en el mercado, podía causar daños en la salud de los consumidores, como así ha ocurrido».

Facua ha denunciado un caso de una familia que comió carne mechada contaminada la Noche Vieja de 2018.

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