Solemos relacionar el amor con algo irracional, una especie de magia que surge sin razón alguna. Pero, en realidad, es una reacción biológica que nada tiene que ver con esa visión romántica que tenemos de él. No obstante, ¿qué dice la ciencia sobre el amor? ¿Realmente existe?

Hoy que celebramos el Día del Amor, parece una buena pregunta. Porque, si bien relacionamos el amor con el corazón, en realidad, está más vinculado con el cerebro y una serie de cambios químicos que se producen en él.

El artículo The biochemistry of love: an oxytocin hypothesis afirma que «el amor es profundamente biológico». El amor que siente una madre por su bebé permite que este sobreviva y en la edad adulta el amor favorece a que la especie continúe reproduciéndose. Pero, sobre todo, que desee estar en compañía de otros, pues el ser humano es un ser social.

Pero ¿qué sucede realmente cuándo nos enamoramos? Para empezar, en nuestro cerebro se empiezan a producir una serie de cambios químicos. Los niveles de dopamina y norepinefrina aumentan. Al mismo tiempo, la serotonina disminuye. Todo esto provoca que surjan las siguientes emociones, como indica el artículo Neurobiología del amor:

Todos estos cambios químicos se producen durante la etapa del enamoramiento. Estos cambian cuando llevamos un tiempo con la pareja y, entonces, empieza otro tipo de amor. Algunos expertos lo denominan amor maduro, otros simplemente la etapa de apego.

En este punto de la relación, será la oxitocina y la vasopresina sérica las hormonas que tendrán mayor protagonismo. La primera, según el artículo The biochemistry of love: an oxytocin hypothesis, estabiliza las relaciones amorosas y hace que tengamos la necesidad de buscar el apoyo de la pareja.

Con respecto a la vasopresina sérica, esta se libera tras experimentar un orgasmo. De esta forma, sentimos esa sensación de fusión con la otra persona y cercanía que favorece a que se afiance más el apego.

Ahora que sabemos que el amor es biológico y surge cuando se empiezan a producir una serie de cambios químicos en nuestro cerebro, ¿qué es lo que los desencadena? Lo que más peso tiene es la similitud familiar. Inconscientemente, buscamos a nuestros padres en nuestras parejas.

Esto tiene una explicación y es que la relación de nuestros padres ha sido nuestro primer modelo de relación en pareja.

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