¿Dormir o dormitar? Seguramente conozca la respuesta, pero no sea la que más le guste. Es probable que la mayoría de nosotros utilicemos la función «repetición de alarma» del despertador en algún momento de nuestra vida. Solo un ratito más bajo las mantas, un momento para poner en orden nuestros pensamientos, ¿verdad?

Aunque estos remoloneos puedan parecer inofensivos, cabe la posibilidad de que no lo sean. En primer lugar, es importante saber por qué utilizamos el botón. En algunos casos se trata de una costumbre que empezó muy pronto, pero con frecuencia puede ser síntoma de un problema importante con el sueño. Se ha demostrado que dormir mal está relacionado con numerosos trastornos de la salud, entre ellos la hipertensión, los problemas de memoria y hasta el control de peso.

Soy especialista en dolor facial y he estudiado a fondo el sueño y cómo influye en las afecciones acompañadas de dolor. Haciendo pruebas hemos descubierto que muchos de nuestros pacientes aquejados de dolor crónico sufren también diversos trastornos del sueño.

¿Cómo es un sueño normal?

Si estamos cansados cuando suena la alarma, ¿sirve de algo utilizar el botón de repetición? Aunque no hay estudios científicos que aborden esta cuestión de manera específica, la respuesta probablemente sea no. Nuestro reloj biológico natural regula las funciones mediante los ritmos circadianos, como se denominan los cambios físicos, mentales y de comportamiento que siguen un ciclo diario.

La mayoría de los adultos necesitamos aproximadamente entre siete y media y ocho horas de buen sueño cada noche. Esto nos permite dedicar el tiempo adecuado a los estadios del sueño, conocidos como sin movimientos oculares rápidos (NO REM por sus siglas en inglés) y con movimientos oculares rápidos (REM por sus siglas en inglés).

Solemos pasar de manera cíclica de los tres estados NO REM al sueño REM entre cuatro y seis veces cada noche. Durante la primera parte de esta, predomina el sueño profundo NO REM, mientras que la última consiste sobre todo en sueño REM.

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