Ante la crisis sanitaria, social, económica y emocional que ha generado el coronavirus, las autoridades de los países más afectados como Italia y España han puesto encima de la mesa la propuesta del aprobado general.

En Italia, el Consejo de Ministros lo concedió el pasado 6 de abril a través de un decreto publicado dos días después que garantiza que todos los estudiantes pasarán de curso con el fin de terminar con éxito el año escolar 2019-2020.

En España, el sindicato de estudiantes CANAE pidió al Consejo Escolar el aprobado general el mismo 6 de abril, apelando a causas de igualdad. Desde entonces, se ha generado bastante confusión con lo que significa el concepto «aprobado general».

¿Aprobado general o paso de curso?

Por ejemplo, el 15 de abril la prensa titulaba en la primera noticia publicada al respecto: «El Gobierno acuerda con las autonomías el aprobado general, salvo casos excepcionales». Aproximadamente un par de horas después, el titular había cambiado a «El Gobierno acuerda con las autonomías que todos los alumnos pasen de curso, salvo casos muy excepcionales».

En España, como a menudo sucede en el mundo de la educación, en lugar de guiarnos por la investigación, los discordantes puntos de vista suelen devenir de opiniones personales.

Estas oscilan desde el extremo de considerar el aprobado como un regalo a presentarlo como una solución adecuada a un momento excepcional de crisis que puede poner el foco de atención en el bienestar emocional de los alumnos, dotar a las escuelas de unas cadencias más calmadas y adecuadas a un aprendizaje en profundidad, y atender de forma justa a las diferencias sociales.

A favor y en contra de repetir

Esta diferencia de opiniones también se encuentra en el gremio. Los maestros y profesores normalmente suelen estar a favor de la repetición y en esta crisis, un estudio preliminar basado en encuestas recientes también parece indicar que así es.

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