«No te comas los calcetines». El mensaje es claro. Las familias deben asegurarse que sus bebés no se lleven el pie a la boca con el calcetín. Investigadores de la Universidad de Granada (UGR), el ibs.GRANADA, el Hospital Clínico San Cecilio y el CIBER de Epidemiología y Salud Pública (CIBERESP) han concluido que nueve de cada diez calcetines para bebés de cero a cuatro años contienen restos de bisfenol-A y parabenos, dos disruptores endocrinos cuyas actividades hormonales están relacionadas con disfunciones que conducen a enfermedad tanto en el niño como en adultos. En definitiva, son sustancias químicas que dentro del organismo modifican las hormonas.

Es el primer estudio científico de estas características que se realiza en toda Europa y pone encima de la mesa que los textiles pueden ser fuente de exposición a contaminantes químicos disruptores endocrino -sustancia química ajena al cuerpo capaz de alterar el equilibrio hormonal-, una situación especialmente preocupante cuando se trata de la exposición de niños de corta edad.

Este trabajo ha sido coordinado por Nicolás Olea, médico en el Hospital Clínico San Cecilio, responsable del grupo de investigación de Oncología Básica y Clínica del iBS.Granada y catedrático del departamento de Radiología de la Facultad de Medicina de la Universidad granadina. Ha sido quien ha explicado en el Centro de Investigación Biomédica (CIBM) del Parque Tecnológico de Ciencias de la Salud (PTS) los resultados de esta última investigación, llevan más de treinta años investigando en esta área. Ha expuesto su «enorme preocupación» por los efectos en enfermedades relacionadas con el peso, tiroides, cáncer, entre otras.

El profesor Olea ha dicho que esto no debe estar ocurriendo. «La Unión Europea y España deben tomar cartas en el asunto». Asimismo, ha reivindicado que las prendas lleven en el etiquetado la información detallada del material con la que se confecciona. Por ejemplo, en algunos geles o cosméticos se consiguió que indiquen ya si están libres de parabenos.

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