Científicos chinos y el español Juan Carlos Izpisúa han pulverizado un récord mundial al lograr cultivar embriones de mono en el laboratorio hasta los 20 días posteriores a la fecundación, obteniendo una visión sin precedentes del desarrollo de los primates. Los investigadores caminan ahora por las difusas fronteras de la bioética: las leyes de España y EE UU permiten investigar con embriones humanos sobrantes de las clínicas de fertilidad, pero fijan desde hace décadas una línea roja de 14 días, un tiempo insuficiente para que se forme el sistema nervioso central. Los 20 días en el embrión de mono equivalen “básicamente” a 20 días en los humanos, según Izpisúa.

El avance abre una caja negra. Hace más de tres décadas, el embriólogo británico Lewis Wolpert acuñó una frase mítica en su disciplina: “El momento más importante de tu vida no es tu nacimiento ni tu matrimonio ni tu muerte, sino la gastrulación”. El enunciado suena a broma, pero no lo es. La gastrulación, una etapa clave en el desarrollo de un embrión, ocurre entre dos y tres semanas después de la fecundación. En ese momento, la pelotita de 200 células surgida de la unión de un óvulo y un espermatozoide empieza a convertirse en una estructura compleja con tres capas: la primera dará lugar a los pulmones, el tracto gastrointestinal y el hígado; la segunda capa se transformará en el corazón, los músculos y los órganos reproductores; y la tercera se convertirá en la piel y el sistema nervioso. El equipo de Izpisúa ha podido ver la gastrulación en directo fuera del útero.

El científico español Juan Carlos Izpisúa.El científico español Juan Carlos Izpisúa. Instituto Salk

“Este método proporciona una primera mirada a la caja negra del desarrollo embrionario temprano”, festeja el investigador español, del Instituto Salk, en La Jolla (EE UU). Su equipo ha cultivado los embriones de mono en el Laboratorio de Investigación Biomédica con Primates de Kunming, una ciudad de seis millones de personas en el sur de China. En las instalaciones hay miles de monos, algunos de ellos modificados genéticamente para estudiar enfermedades como el cáncer,

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