El día en que Manuela, de cinco añitos, aprendió a andar en bicicleta sin ruedines, el Retiro tenía cerrados los columpios y la biblioteca y su bar más conocido, el Florida Park, también bajaba la persiana. Sin estar desierto, el parque más emblemático de Madrid sí mostraba un aspecto extraño, con pocas personas paseando o corriendo y sin los habituales grupos de mayores haciendo gimnasia que le dan vida en los días entre semana.

Las zonas infantiles se han precintado este viernes y ningún niño jugaba hoy a su aire en los toboganes después de que el Ayuntamiento de Madrid decidiera tomar medidas más drásticas tras ver lo que había sucedido el miércoles y en menor medida, el jueves. El miércoles, el primer día en que no hubo colegio en Madrid, el Retiro se llenó de escolares que jugaban al fútbol en equipos improvisados, saltaban unos encima de otros, compartían botellas de agua y en general, incumplían, ante la mirada despreocupada de sus padres, cualquier consejo básico para evitar la propagación del coronavirus.

«Esto fue un cachondeo», resume Carlos Medina, el padre de Manuela, que ha ido al Retiro para estar un rato y que su hija respire antes de recluirse otra vez en casa. «Estamos siguiendo todas las medidas. Evito que la niña juegue con otros niños, sólo la dejo ir en bici y me parece estupendo que hayan cerrado los columpios. En los días previos, muchos padres tuvieron actitudes irresponsables», apunta Medina.

Concienciación

La situación ha cambiado. El decreto que aprobó este jueves el Ayuntamiento de Madrid, y otros similares en municipios como San Sebastián de los Reyes, ha permitido el precinto de las instalaciones infantiles. También las noticias, cada vez más alarmantes, han hecho que los padres tomen conciencia de que los menores no están de vacaciones. «Yo he bajado un cuarto de hora para que la niña se foguee, pero nada más»,

 » Leer más