Después de permanecer una década en la cantera del Real Betis, a Antonio Sevillano le llegó una oferta exótica y muy apetecible: viajar hasta la ciudad de Wuhan para trabajar con la cantera del Shangwen Wuhan Three Towns. Unos 700 chicos a las órdenes de un grupo de entrenadores chinos y españoles en un proyecto de fútbol formativo dirigido por la empresa barcelonesa Nama Sports. «Quiero volver a Wuhan. No me gusta dejar las cosas a medias», señala este técnico de Sevilla «y del Betis» desde la planta 17 del hospital Gómez Ulla. Su compañero en el club y entrenador de porteros, Óliver Cuadrado, afirma lo mismo. «Es un proyecto precioso», añade.

Antonio y Óliver son dos de los 19 españoles (más una china y un polaco casados con nacionales) que fueron repatriados desde la ciudad china, epicentro de la epidemia del coronavirus 2019-nCoV, el pasado jueves. Llegaron ayer a España tras más de treinta horas de periplo. Salir de sus casas, llegar al punto de encuentro, controles exhaustivos de las autoridades chinas antes de poder embarcar, horas de hastío y luego vuelo hasta el Reino Unido de más de doce horas. Más revisiones en la escala británica y viaje hasta Madrid. Otra vez vigilancia y a las 20:30 horas del viernes, ingreso en el hospital Gómez Ulla. «Al menos ya no llevamos las máscaras», confiesa Óliver. «Son bastante molestas, sobre todo tanto tiempo», señala.

Todavía sufren los efectos del ‘jet lag’, pero se encuentran de muy buen humor y «optimistas». Después de desayunar y que los profesionales sanitarios les tomasen la temperatura –todos están perfectamente– han empezado a organizarse. «Podemos movernos por toda la planta con las restricciones lógicas», indica Óliver, madrileño de 42 años. Han mantenido una primera reunión formativa y les han dado los datos de sus familiares a los responsables del hospital para organizar las visitas, que estarán controladas.

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