La desescalada será un proceso asimétrico, pero no por autonomías y los gobiernos regionales no podrán diseñar nada por libre. Moncloa llevará exclusivamente el mando y lo hará con muchas menos prisas de lo que pretenden varias comunidades. Unos parámetros objetivos («marcadores») medirán la capacidad de cada «territorio» para responder ante un posible nuevo brote y esos serán los que marquen cómo y hasta donde se llegará con el desconfinamiento.

Ese –han explicado hoy fuentes de su departamento- ha sido también el mensaje rotundo que el Ejecutivo de Pedro Sánchez ha trasladado en el Consejo Interterritorial de Salud de esta tarde con todas las consejerías y en el que el Ejecutivo central también ha dejado claro que, «de momento» y a corto plazo, no está «previsto» autorizar nuevas medidas de desescalada de manera inmediata, como las que pretende, por ejemplo, Canarias, que este mismo lunes aspiraba a dejar salir a la calle a la mitad de su población.

Otras comunidades como Euskadi, Andalucía, Cataluña o Valencia ya han presentado planes concretos para las próximas semanas a fin de rebajar el confinamiento. Unas ‘hojas de ruta’ de las Illa y la vicepresidenta cuarta Teresa Ribera se han limitado «tomar nota» sin validarlas en ningún momento, aunque han dejado claro que el actual estado de alerta sí que facultaría al Gobierno a suavizar el confinamiento.

«Las comunidades autónomas van a tener un papel muy importante pero va a ser el Gobierno el que va a dirigir el proceso», ha insistido el Titular de Sanidad, tanto en Moncloa como ante los representantes autonómicos, haciendo hincapié en que los anuncios de los diferentes Ejecutivos autonómicos no son más que propuestas, pero que Sanidad exclusivamente será la que tenga la última palabra. Es más, que Moncloa no tiene idea alguna de delegar, ni siquiera parcialmente, a las comunidades el poder de decidir sobre las movilidad de sus ciudadanos en las próximas semanas porque «el virus no entiende de fronteras autonómicas»,

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