Parece que todo comenzó en un mercado de pescado de la ciudad de Wuhan, en el centro de China. Allí enfermaron las primeras personas que sufren ahora las complicaciones propias de una neumonía. La diferencia en este caso es que el virus que las provoca es desconocido, y que varios de los pacientes han empeorado hasta quedar al borde de la muerte. «La gripe, la gripe aviar, los adenovirus, y otras enfermedades respiratorias comunes han sido descartadas», afirmó la Comisión de Salud de Wuhan el pasado viernes, resucitando un fantasma al que muchos habían olvidado: el del síndrome respiratorio agudo severo (SRAS), la epidemia de neumonía atípica que tuvo su origen en la provincia sureña de Guangdong y que dejó más de 700 muertos y 8.000 infectados en varios países entre noviembre de 2002 y junio 2003.

Como sucedió en aquella ocasión, el Partido Comunista ha optado en un inicio por la misma opacidad que criticó la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace 17 años y que le terminó costando el puesto al entonces ministro de Sanidad de China, Zhang Wenkang. La información fluye con cuentagotas, y los rumores se multiplican en las redes sociales. Tanto que ocho personas ya han sido detenidas por «extender informaciones falsas», un hecho que ha provocado la ira de otros internautas.

Mientras comienzan a circular vídeos de especialistas en trajes que protegen contra agentes biológicos limpiando el mercado y poniendo en cuarentena a pasajeros de aviones, muchos se muestran preocupados por el silencio de las autoridades. «La gente extiende rumores precisamente porque el Gobierno no informa puntualmente. ¿No tenemos derecho a conocer la verdad?», criticaba un usuario de Weibo, el Twitter chino. Allí también se denunció que los medios locales apenas traten el tema, y que se hayan tenido que enterar de lo que sucede por la cadena nacional CCTV. «Si no fuese por ella, ¿cuánto habrían tardado en dar cuenta de la enfermedad?»,

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