Desde la izquierda, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez; la vicepresidenta primera, Carmen Calvo; y el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. En vídeo, la aprobación de la eutanasia en el Congreso. FOTO: EFE | VÍDEO: ATLAS

“Quien quiera vivir que viva, pero a los demás que nos dejen morir dignamente”. Con estas palabras de Fernando Cuesta, enfermo de ELA que tuvo que viajar a Suiza para poner fin a su vida, ha arrancado este martes en el Congreso de los Diputados la toma en consideración de la proposición de ley para regular la eutanasia en España. Presentada por el PSOE, es la primera que echa a andar esta legislatura y ha contado con el apoyo de todos los grupos de la Cámara salvo PP y Vox. En total, ha recibido 201 votos a favor, 140 en contra y 2 abstenciones.

Ha sido la diputada socialista y exministra de Sanidad María Luisa Carcedo la que ha elegido las palabras de Cuesta como forma de brindar un reconocimiento a todas “las personas y familias que no quisieron quedarse con los brazos cruzados y han luchado para que otros puedan acogerse a este derecho”.

El recuerdo de quienes han muerto en España sin la eutanasia legalizada —Ramón Sampedro, Maribel Tellaetxe, María José Carrasco…— ha sido una constante en un debate que ha tenido momentos con una alta carga emocional y que se ha crispado cuando el diputado del PP José Ignacio Echániz ha acusado a los impulsores de la ley de querer ahorrar a costa de “los más vulnerables”.

“El sufrimiento no tiene ideología”, ha insistido por su parte Carcedo, antes de desplegar los puntos más importantes de una norma que convierte la eutanasia en “un derecho” que será “incorporado a la sanidad pública”. El texto así lo reconoce para quienes sufran “una enfermedad grave e incurable” o “invalidante” que cause “un sufrimiento insoportable”.

La norma, que permite a los médicos declararse objetores de conciencia, pasará ahora a la Comisión de Sanidad,

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