Los miembros más jóvenes de la monarquía británica están dando ejemplo de apertura y sinceridad en un claro deseo de parecer más cercanos a los problemas de la gente común. En la última semana y en diferentes foros, el príncipe Guillermo de Inglaterra —segundo en la línea de sucesión al trono— y su esposa, Kate Middleton, se han sincerado sobre cómo les ha afectado a ellos en primera persona los problemas psicológicos, en el caso de él, y la maternidad, en el caso de ella.

El príncipe Guillermo ha participado en el Foro de Davos que concluyó el pasado viernes en la ciudad suiza que da nombre a este encuentro. Y mientras unos y otros hablaban de desigualdad, populismo, multilateralismo y la marcha global de la economía, el duque de Cambridge se centró en las enfermedades mentales. En el marco de su participación en el Fórum de Enfermedades Mentales habló de su campaña Heads Together, dirigida a desestigmatizar este tipo de dolencia. La iniciativa, en la que también participan su esposa y el príncipe Enrique, ha debido hacer reflexionar al primogénito del príncipe Carlos, porque no dudó en hablar abiertamente sobres sus propias fases de ansiedad y desorden emocional relacionadas con la etapa en la que murió su madre, pero también con el período en el que fue piloto de emergencias.

El príncipe Guillermo reconoció que hubo un momento de su vida en el que tuvo que recurrir a la ayuda profesional para superar un duro trance. “Todavía me resulta muy difícil hablar de ello. Es algo con lo que me emociono mucho porque está estrechamente relacionado con mis hijos y es duro hablar del tema”, explicó en referencia a los accidentes que presenció desempeñando su trabajo. “Empecé a tener sentimientos que hasta entonces no había tenido nunca. Me sentía triste y deprimido por las familias. Podía haberme escondido debajo de mi concha un poco más y pensar ‘puedo manejar esto yo solo’. Pero más adelante el problema se habría manifestado de una manera peor.

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