Por la consulta de gastroenterología del doctor Javier Santos (Zamora, 55 años, los últimos 30 como médico del Vall d’Hebrón) pasan decenas de pacientes que a sus dolores abdominales suman esos otros dolores del alma que muchos llaman angustia, ansiedad, tristeza o depresión. En infinidad de ocasiones, Santos se ha encontrado con hombres con graves desarreglos intestinales que les hacen ir al aseo continuamente y con mujeres que le hablan de latigazos de dolor que las dejan paralizadas cuando menos se lo esperan. Son pacientes que sufren colon irritable, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, estreñimientos, diarreas, exceso de gases, intolerancias alimentarias… afecciones que, en demasiadas ocasiones, les impide llevar una vida normal y, lo que es peor, le nublan su día a día.

El doctor Santos y otros especialistas del hospital barcelonés están convencidos de que hay una relación «muy clara» entre las enfermedades digestivas y los trastornos mentales y somáticos (como la fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica). Para buscar una explicación científica a esa dolorosa asociación, el Vall d’Hebron va a liderar una ambiciosa investigación en la que participan diez hospitales de referencia en Europa y otros 19 centros de I D, incluidos universidades y empresas.

El proyecto ha sido bautizado con el nombre de Discoverie (Desarrollo, diagnóstico y prevención de enfermedades somáticas y trastornos mentales relacionados con el género en el síndrome de intestino irritable en Europa) y está coordinado por el propio Javier Santos, facultativo de la Unidad de Gastroenterología del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigador principal del grupo de Fisiología y Fisiopatología Digestiva del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR), y el doctor Josep Antoni Ramos-Quiroga, jefe del Servicio de Psiquiatría del Hospital Universitario Vall d’Hebron e investigador principal del grupo de Psiquiatría, Salud Mental y Adicciones del VHIR.

Discoverie pretende determinar los mecanismos subyacentes de las funciones del sistema intestinal y del sistema nervioso central, «y su interacción con el eje periférico microbiota-intestino-cerebro».

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