«Solo tenemos una mascarilla y porque nos la han traído de fuera», advierte Alejandro. Podría ser una queja cualquiera ahora que se hace difícil encontrar una en casi cualquier parte de España, fruto de la preocupación generada por el denominado COVID-19. No obstante, proviene del padre de un niño de ocho años con leucemia para quien este ‘accesorio’ de un solo uso se convierte en más que necesario. «En Madrid, los hospitales están bajo mínimos. Hay quienes se han llevado del hospital mascarillas y la verdad es que el enfado es importante», explica.

Personas inmunodeprimidas, con enfermedades respiratorias o trasplantadas necesitan estas mascarillas, sobre todo las de mayor graduación. Ya sea en su día a día, como medida de prevención en épocas de riesgo alto o cuando tienen que acudir a centros de salud u hospitales. «Hay gente como nuestro hijo que se las están viendo y deseando para conseguirlas». Y en las farmacias, asegura, «es imposible encontrarlas». Sobre todo aquellas que no son de tela, como las quirúrgicas, y que tienen un mayor grado de protección, aquellas que se denominan FFP1, FFP2 y FFP3 (de menor a mayor eficacia). Por eso su inquietud aumenta cuando salen del hospital para pasar unos días en casa y, con pesar, solo les pueden ofrecer una mascarilla, cuando en otras ocasiones no hubiera habido problema alguno.

Alejandro pidió ayuda a amigos y también por redes sociales. Ya han recibido alguna, que han podido compartir con otros niños en su situación, y están esperando otras que llegarán de Francia y Portugal.

Y la situación se repite. Cerca de 60.000 personas han firmado en una petición de Change.org que pide asegurar el abastecimiento. Daniel Follente escribe: «A mi hijo de 4 años le trasplantaron el hígado y desde entonces necesita mascarillas en su día a día». Y, aunque parezca «una locura», fruto de la desinformación, «el miedo está provocando el desabastecimiento de mascarillas en farmacias».

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