La dismorfia corporal -conocida también como trastorno dismórfico corporal (TDC)- es un tipo de trastorno obsesivo-compulsivo que “empuja” a las personas a buscar la perfección estética. Esto les lleva muchas veces a tener una autopercepción distorsionada de la propia imagen y que un pequeño defecto -o uno que ni siquiera existe- sea percibido como una alteración muy grave. Las personas afectadas se obsesionan con esas imperfecciones hasta llegar, por ejemplo, a desarrollar cuadros de ansiedad y, si se lo pueden permitir, a someterse a continuas cirugías estéticas con las que nunca quedan satisfechos, “no puede evitar fijarse constantemente en ese rasgo, se angustia ante la creencia de que los demás también lo perciben y pone en marcha intentos de todo tipo para ocultarlo o corregirlo”, cuenta Rafael San Román, psicólogo de ifeel.

El uso de las RRSS puede exacerbar la observación hiperanalítica del aspecto físico y las comparaciones con referentes inalcanzables o poco realistas

Tras la retirada de las mascarillas, este trastorno ha aumentado, lo que se ha notado en la demanda de tratamientos de cirugía y medicina estética en el rostro, “al retirar la mascarilla, hay un mayor interés por realizarse tratamientos estéticos, y hemos notado un aumento de consultas tanto de tratamientos corporales como de faciales”, asegura Cristina Álvarez, experta en estética.

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