El episodio de intoxicación múltiple con metadona registrado en noviembre en el Centro Penitenciario de Huelva ya tiene sospechoso. La Policía Nacional detuvo hace tres semanas a una trabajadora de la propia prisión como presunta autora del envenenamiento que aquel día afectó a seis miembros del equipo médico, entre ellos la propia sospechosa. Las pesquisas –que revelaron la existencia de tres casos anteriores desde agosto que entonces pasaron inadvertidos- apuntan a que la arrestada actuó por supuestos celos profesionales hacia uno de sus compañeros, según fuentes cercanas a la investigación. Tras declarar en comisaría, la enfermera, que está de baja laboral, fue puesta a disposición del Juzgado de Instrucción 2 de Huelva, que ordenó su puesta en libertad, según confirman fuentes policiales. La titular del juzgado aún no ha decidido formalmente sobre una posible imputación.

El episodio que destapó el suceso se produjo la tarde del 15 de noviembre. Ese día, seis miembros del equipo sanitario de la cárcel onubense comenzaron a sentir mareos y sensación de debilidad poco después del almuerzo. Los primeros análisis de orina que les realizaron dieron en cinco de los casos positivo por metadona, un opiáceo empleado en el tratamiento de los efectos del síndrome de abstinencia en los heroinómanos y que se dispensa en las cárceles bajo estricto control médico. El sexto, que correspondía precisamente a la sospechosa, arrojó presencia de benzodiazepinas, un psicotrópico utilizado contra la ansiedad. Las analíticas de sangre practicadas a todos ellos tras ingresar en el hospital confirmaron la presencia de ambas sustancias.

Instituciones Penitenciarias alertó de ello a la comisaría local, que desplazó a la cárcel un equipo de la Policía Científica para recoger muestras de los alimentos que habían consumido los afectados. Las pruebas de laboratorio confirmaron que un tetrabrik de leche que los funcionarios habían utilizado en el café de ese día mostraba restos de metadona. Aunque en ningún momento la vida de los afectados corrió peligro, tuvieron que permanecer varios días hospitalizados. Lo inusual del caso llevó a los responsables de las investigaciones a rastrear la posible existencia de otros episodios similares en la cárcel y que en su momento hubieran pasado inadvertidos.

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