Vídeo sobre un estudio de la British Medical Journal. EL PAÍS

Si hay una ingesta que ha levantado polémica en nutrición durante los últimos años, ha sido sin duda el desayuno; especialmente desde que las redes sociales han entrado en juego.

La primera ingesta del día ha protagonizado muchos conflictos. Desde cuando hace años España entera empezó a darse cuenta de que las galletas no eran tan saludables como se pensaba; episodios de conflictos de interés entre sociedades sanitarias e industria alimentaria; reacciones desorbitadas en Twitter ante darle garbanzos de desayunar a un niño; la polémica de que los desayunos de hospital sean tan poco saludables; o la más reciente protagonizada por una absurda dicotomía: ¿Qué es peor, desayunar mal o no desayunar?

De todos estos años, una evidencia científica bastante robusta ha tardado mucho tiempo en hacerse un hueco en nuestra sociedad: el desayuno no esa comida tan imprescindible que muchos anuncios y paquetes de galletas y cereales nos hicieron creer.

Una evidencia científica bastante robusta ha tardado mucho tiempo en hacerse hueco: el desayuno no esa comida tan imprescindible que nos hicieron creer

Y no, ni siquiera es concluyente para el rendimiento mental de los pequeños (salvo que estuvieran malnutridos previamente).

Ante este panorama en el que el desayuno estaba perdiendo la importancia que se había ganado a golpe de publicidad durante tanto año, hay que añadirle un nuevo golpe, el de una revisión sistemática y meta-análisis que analiza el efecto del desayuno en el control de peso.

El estudio, publicado en BMJ, sugiere que incluir el desayuno no es una buena estrategia para perder peso muy a pesar de las recomendaciones generalizadas de dietética. Por si fuera poco, además llama a la precaución especialmente en el caso de los adultos ya que “podría tener el efecto contrario”.

Entre los 13 estudios incluidos en el meta-análisis, finalmente, las personas que desayunaban acababan incluyendo una mayor ingesta energética a lo largo del día que aquellas personas que no lo hacían.

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