En lo que respecta a las reglas, los participantes, los espacios y hasta las hinchadas, es evidente que no todos los deportes son iguales. Y solo hay que ver la diferencia de tamaño del brazo izquierdo de Rafa Nadal –con el que pega a la bola- respecto del derecho para entender que los movimientos de cada deporte definen de una manera singular las figuras de los deportistas. Lo sorprendente es cómo la actividad física también moldea la forma del corazón, un motor que el deportista tiene que afinar y que cambia de aspecto según la modalidad deportiva. ¿Pero hasta qué punto son significativas las diferencias? Varios expertos de la Universidad de Guelph, en Canadá, se han formulado esta pregunta y, con ella, se han adentrado en un territorio en el que la ciencia aún tiene mucho por explorar.

El artículo que recoge su trabajo, que ha visto la luz en la revista Frontiers in Physiology, no es una revolución por sus conclusiones, pero sí por confrontar, por primera vez, dos disciplinas tan diferentes como la natación y el atletismo. Los académicos han estudiado los corazones de 16 deportistas de élite de cada categoría, con años de práctica intensa y sistemática para que los resultados fueran más significativos. Mediante un ecocardiograma, han confirmado que todos compartían una hipertrofia del ventrículo izquierdo (o sea, que esta parte del órgano había desarrollado más de lo normal). Se trata de una conocida adaptación cardíaca a la alta demanda de oxígeno de los músculos en los deportes de resistencia aeróbica, pero los investigadores también han detectado sugerentes diferencias.

Según los científicos, esa hipertrofia es más acentuada en los corredores, y eso permite a sus corazones aumentar la cantidad de sangre que expulsan por minuto (lo que se conoce como el gasto cardíaco, que es el producto del volumen de sangre que el corazón expele en cada latido y el número de veces que se contrae por minuto). Los órganos de los corredores (cuyas arterias también tienen curiosas peculiaridades) pueden así mandar al cuerpo más volumen del líquido con menos latidos,

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