Van tres veces que el debate sobre el destino de la capilla de la Misericòrdia, en el Raval de Barcelona, llega a un momento decisivo. Y por tercera vez se ha aplazado la decisión. El pleno del Ayuntamiento ha debatido este viernes si revocaba la cesión de la antigua iglesia al Macba y se destina a construir un nuevo CAP para el barrio. Pero sobre la mesa había la propuesta de última hora de la Generalitat y la Diputación para que el ambulatorio se construya en un solar pegado al museo, que el pleno también ha aprobado estudiar. A riesgo de perder la votación sobre la capilla, y para dejar la puerta abierta a ubicar allí el CAP, el Gobierno de la alcaldesa Ada Colau ha levantado la votación del orden del día y ha aceptado estudiar la propuesta de la Generalitat.

Y todo ello ante el desespero de los vecinos del Raval y los profesionales del CAP, que desde la tribuna han vuelto a escuchar como los grupos aluden a la urgencia de construir un nuevo ambulatorio pero van 13 años con el equipamiento en pésimas condiciones y pasan los meses y no hay avances.

La concejal de Ciutat Vella, Gala Pin, ha aceptado a regañadientes el acuerdo “aparecido por arte de magia entre ERC y PDeCAT [responsables de Salud y Cultura en la Generalitat]”. “No pondremos ninguna traba, pero no nos transmite ninguna confianza tras ocho meses en los que las dos consejerías no se han puesto de acuerdo“, ha dicho y ha explicado que ha levantado la votación sobre la capilla para mantener la opción de que el CAP se ubique allí. Hasta la propuesta de ayer, Salud mantenía que la única opción técnicamente viable para ubicar el CAP era la capilla. Pin ha criticado a los dos partidos independentistas: “Su propuesta es a ciegas, para dilatar, han priorizado sus intereses electoralistas y nos sabe muy mal”. La edil ha acabado diciendo que el debate sobre la capilla “es una cuestión de clases,

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