La caza comenzó como una necesidad humana hace miles de años. Hoy día es una afición que practican 800.000 personas en España. La carne de las piezas abatidas se suele destinar a consumo humano, ya sea propio o para comercializar.En general, podemos distinguir dos tipos de carne de caza: las de pluma (perdices, codornices, patos, tórtolas), y las de pelo, que se dividen a su vez en caza mayor (jabalíes, cueros…) y menor (liebres, conejos…).Aunque se trata de carnes muy distintas entre sí, debido a sus propiedades nutricionales y su característico sabor, la caza tiene todavía muchos adeptos. Este tipo de carne se caracteriza por:•Tener menor grasa. Los animales salvajes tienen, por lo general, menos grasa que los criados en granjas.•Más natural, ya que no contienen ningún tipo de químicos artificiales, como antibióticos, hormonas u otras sustancias derivadas de la cría en cautividad.•Su sabor es mas intenso y ‘auténtico’, sobre todo en el caso de carnes rojas como el ciervo o el jabalí.•Son ricos en proteínas de buena calidad.•Contienen más cantidad de algunos nutrientes, beneficios para el organismo, como vitamina B12, B6, B3, hierro, magnesio o zinc.Aun así, no se recomienda consumir más de 150 gramos a la semana de carne de caza debido a la gran cantidad de ácido úrico y láctico que contienen y a la posibilidad de contener plomo debido a las balas con las que han sido abatidos. De hecho, su consumo está desaconsejado en niños menores de seis años y en mujeres embarazadas por este motivo.Sí, pues la carne de caza, aunque no es frecuente, puede transmitir algunas enfermedades, sobre todo por el contagio de algunas bacterias o parásitos. Las más comunes son:•Triquinelosis. Se transmite a través de un parásito llamado triquina que no se ve a simple vista y cuyo consumo puede ocasionar desde dolores musculares y vómitos hasta complicaciones neurológicas y cardiológicas. Está presente en caballos, cerdos y jabalíes.•Tularemia. Se transmite a través de las liebres y los conejos y está causada por la bacteria Francisella tularensis. En humanos ataca a la piel, los ojos, los ganglios linfáticos y los pulmones. Es muy contagiosa y puede ser mortal.•Otras enfermedades pueden ser toxoplasmosis, clamidiasis, botulismo, tuberculosis… pero son muchos menos frecuentes.Por este motivo, la carne de caza tiene que ser sometida a controles sanitarios antes de su consumo, ya sea propio o para comercializar. Cada comunidad establece reglamentos para regular el consumo de carne de caza,

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