A la hora de evitar el aumento de peso, la mayoría de las estrategias se centran en una combinación de ejercicio físico y control de la dieta. Y, precisamente, en este último ámbito entra también el vigilar y limitar lo que se bebe, ya que aunque a menudo no nos acordemos de ello algunas bebidas, como las que contienen alcohol, también influyen en nuestro peso corporal.

‘Calorías vacías’

Uno de los grandes problemas que trae aparejado el alcohol en cuanto al peso corporal es lo que conocemos como ‘calorías vacías’: es decir, que organismo puede transformar las calorías del alcohol en energía, pero esas calorías no contienen nutrientes ni minerales.

De hecho, tal y como explica un artículo en la revista Health, el alcohol supone un esfuerzo adicional para el sistema digestivo, que prioriza su eliminación sobre la de los demás nutrientes.

Por ejemplo, el cuerpo típicamente digiere los carbohidratos en primer lugar. Sin embargo, debido a la naturaleza tóxica del alcohol, cuando este está presente el organismo centra sus esfuerzos en quemarlo, minimizando el uso de energía de otras fuentes.

El resultado, por ejemplo, es la acumulación de grasa en el abdomen (la célebre barriga cervecera) ya que el cuerpo deja de quemar energía de las grasas para,

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