El Ayuntamiento de Madrid renunció a continuar con el contrato para reducir los malos olores de la planta de Valdemingomez (Villa de Vallecas) por considerar que estaba obsoleto y había que actualizarlo. Esta decisión se tomó un mes antes de tener que aceptar la basura extra de 31 municipios, 200.000 toneladas al año. El consistorio insiste en que canceló el contrato pero no la inversión para llevarlo a cabo (12,5 millones) y redactará un nuevo pliego. La oposición sostiene que se tardará más de un año en licitar un contrato nuevo.

Durante 2015 y 2016 el Gobierno de Manuela Carmena encargó dos estudios para medir los olores en Valdemingómez —los que emite la planta y los que llegan a los diferentes distritos—, que puso el problema sobre la mesa. En 2017 se adjudicó un contrato para elaborar documentación para saber cómo reducir los malos olores y al año siguiente se publicó otro básico para realizar un proyecto. Durante este tiempo se diseñaron más de cien acciones concretas, algunas de ellas ya se han llevado a cabo: modificaciones en planta, construcciones de nuevas infraestructuras e incorporaciones de nuevos protocolos. Se redujo en un 80% la emisión de ácido sulfhídrico, uno de los olores más presentes, y se canalizó todo el biogás de la planta, entre otras acciones. Sin embargo, es el contrato cuya licitación comenzó en abril de 2019 el proyecto de mayor envergadura.

Este proyecto, licitado por el anterior Consistorio, suponía el mantenimiento durante cinco años de los sistemas de desodorización de las plantas de Las Dehesas y Las Palomas, por un importe de 12,5 millones de euros. Los trabajos incluían la remodelación de los biofiltros, los sistemas de filtrado de partículas, los de extracción y conducción del aire, el cerramiento de las naves, la instalación de puertas automáticas y de nuevos sistemas de ventilación, entre otros. Justo este proyecto es el que el alcalde Almeida canceló a finales de noviembre con el argumento de que las medidas que proyectaba estaban anticuadas, por lo resultados de un informe técnico. La decisión se tomó un mes antes de que tuviera que aceptar las 200.000 toneladas de basura de 31 municipios del este de la Comunidad.

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