Sin ser una cifra definitiva, el Gobierno mexicano ha elevado el número de personas desaparecidas durante la guerra al narcotráfico a 60.053. Se trata de un aumento del 50% respecto a cálculos anteriores. La cifra, que cuenta los casos denunciados entre 2006 y 2019, podría ser aún mayor. Al menos diez estados siguen en «proceso de entrega de información». Otros ocho «siguen actualizando la información y revisando la información histórica» y 13 más continúan «revisando información histórica».

Las frases entre comillas son de Karla Quintana, comisionada nacional de búsqueda de personas desaparecidas en México desde finales de 2018. Quintana se encargó de presentar los datos este lunes junto al subsecretario de derechos humanos de la Secretaría de Gobernación, Alejandro Encinas y la titular de Gobernación, Olga Sánchez Cordero. «La información seguramente variará», insistió Quintana.

La incógnita apunta ahora al tamaño del desfase de los estados morosos. O mejor dicho, de las fiscalías estatales, que son las encargadas de recopilar y sistematizar la información. Entra las diez que aún siguen en proceso de entrega de información aparecen por ejemplo Guanajuato o Morelos, que desde hace años viven un repunte de la violencia homicida.

La cifra que ha dado el Gobierno es en todo caso el primer dato concreto de personas desaparecidas desde el sexenio anterior, cuando se manejaba un número cercano a las 40.000. Familiares de desaparecidos y organizaciones han recordado al Gobierno sin embargo que el conteo no es perfecto. No solo por el retraso de algunas fiscalías. La organización Data Cívica, que sigue de cerca el proceso de creación del registro de personas desaparecidas y el mapeo de fosas clandestinas en todo el país, criticó el lunes la falta de explicaciones del Gobierno respecto a la metodología que ha empleado en el conteo.

El informe presentado por la Administración López Obrador discrimina por género y rangos de edad. También por años. Tres cuartas partes de los 60.053 desaparecidos son hombres. La mayoría entre los 15 y los 39 años. De las mujeres desaparecidas, más de un tercio son niñas y adolescentes entre 10 y 19 años.

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