Una joven fumando un cigarro en Terrassa (Barcelona). En vídeo, aumenta el número de fumadores en España. FOTO: CRISTOBAL CASTRO | VÍDEO: ATLAS

Apenas son las 11 de la mañana. Noa y Blu apuran el tentempié del recreo y se encienden sendos cigarrillos a las puertas del Colegio Lestonnac de Barcelona. Tienen 15 años y cursan 4º de ESO. Fuman desde los 13. “Se ha normalizado lo de fumar a nuestra edad. A los 13 o 14 empieza todo el mundo”, explica Noa sin reparos. La joven fuma “una cajetilla cada día y medio” y hasta hace un año también consumía cannabis y hachís. “Dejé los porros cuando me ingresaron en el hospital Clínic porque me ponía muy agresiva. Yo ya soy muy nerviosa y eso me afectó mucho”, relata. La última edición de la encuesta Edades, realizada por el Ministerio de Sanidad, constata un aumento del consumo de drogas entre los jóvenes, sobre todo de tabaco. El 25,4% de los menores encuestados refieren haberlo consumido en el último año. Hace dos años era el 20,6%.

Un rato en la puerta de cualquier instituto da buena cuenta de la presencia del tabaco entre los adolescentes. Y de su normalización. “Cada vez hay más gente que fuma, sobre todo cuando sales de fiesta. Es normal que haya más fumadores porque también es más fácil conseguirlo. Vas a un estanco y te lo dan sin problema”, apunta Roger Valldosera, de 16 años, a las puertas del Lestonnac. Sus amigos asienten.

Los jóvenes, fumadores o no, coinciden en los motivos que precipitan el inicio de consumo. “Es postureo, por probar, querer hacer lo que hacen tus amigos, lo que ves hacer a los mayores. Si ves que un amigo se enciende un piti, es más fácil que tú también lo hagas”, coinciden Iria, Elsa y Eva, del Instituto Jaume Balmes de Barcelona. Tienen 17 años y ninguna fuma, aunque las tres lo han probado “de fiesta”.

A pocos metros, Lucía Uribe y Marta Moyano, alumnas de segundo de bachillerato,

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