El ictus, la obstrucción o rotura de una arteria cerebral, es uno de los grandes problemas de salud. Uno de cada seis españoles va a sufrir una trombosis o un derrame cerebral a lo largo de su vida que, aproximadamente en el 60% de la ocasiones, le va a causar la muerte o una grave discapacidad permanente. Es ya la segunda causa de muerte en España –la primera entre las mujeres-, la primera razón por la que los adultos terminan sufriendo grandes dependencias -movimiento reducido, alteraciones del habla, daños cerebrales o incontinencia urinaria-, y es el segundo motivo, tras el mal de Alzhemer, que explica las demencias en este país.

Así lo desvelan los últimos estudios de la Sociedad Española de Neurología (SEN), que calculan entre 120.000 y 130.000 los nuevos ictus que van a diagnosticar cada año y que tienen constatado que son más de 330.000 los españoles que viven limitados por las importantes secuelas de este fallo vascular, que además tiene tendencia a repetirse. Se trata de una dolencia más frecuente a partir de los 60 ó 65 años, pero en España se ha detectado un «aumento considerable» entre adultos jóvenes, por cambios negativos en los estilos de vida.

«Un enorme problema de salud, pero además un auténtico drama personal, familiar y laboral», indicó Jaime Gallego, experto internacional y portavoz de la SEN, durante la presentación hoy de la campaña de sensibilización ciudadana contra el ictus, que lleva el lema ‘Evita, aprende, actúa’. La campaña, apoyada por la Fundación Mapfre y Freno al Ictus, quiere actuar sobre las dos claves que pueden reducir la incidencia y la mortalidad: la prevención y la atención médica inmediata.

‘Evita’ es la idea fundamental. Pese a los terribles datos de la enfermedad, las trombosis y los derrames son evitables hasta en el 90% de los casos solo con que los ciudadanos tengan unos hábitos de vida saludables y realicen unos controles médicos básicos periódicos (tensión y análisis).

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