El problema que me plantearon era claro: en dos semanas se colapsará el sistema de salud español, ¿cómo se puede tener en ese tiempo un respirador útil para la Covid-19? No queremos que ningún médico se vea obligado que decidir quien vive o quien muere por su desabastecimiento. Me definieron el reto: una tecnología que llevase a un respirador, fácil de fabricar, robusta y que adquirir sus componentes no fuese una misión imposible. Todo ello con un límite de tiempo.

Técnicas de ventilación-oxigenación y la automática

El desarrollo de una tecnología implica el uso de conocimiento científico con un conjunto de técnicas para alcanzar un determinado fin. En el caso que nos ocupa, el uso de técnicas de oxigenación-ventilación con la automática dará lugar a un respirador.

Las referidas técnicas detallan los distintos procedimientos que existen para introducir oxígeno en los pulmones a un paciente enfermo y extraer el anhídrido de carbono. Se utilizan cuando la saturación en sangre del enfermo resulta por debajo de un límite.

Hay distintos procedimientos para hacerlo, relacionados con el tipo de enfermedad, su evolución y la gravedad del paciente. Así, nos encontramos técnicas asistidas o mandatorias: las primeras se enfocan a la ayuda al paciente en su ciclo respiratorio; en las segundas, la máquina lleva el control total. En este último caso, el enfermo se encuentra en coma inducido.

Presentación del segundo prototipo.Presentación del segundo prototipo. / Author provided

A su vez, se pueden emplear dos criterios para la oxigenación-ventilación: el uso de presión o suministrar un volumen de aire, enriquecido no con oxigeno, en cada ciclo respiratorio. Todo esto da lugar a combinaciones de los procedimientos nombrados que requieren el ajuste del médico intensivista según la evolución de las constantes vitales del enfermo.

Por otro lado, la automática permite la concepción de máquinas que sustituyaN al humano en cualquier tarea física o mental.

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