En Brasil solo se puede abortar legalmente en tres situaciones: en caso de violación, de riesgo para la madre y de anencefalia. Al proponer un proyecto de ley en la Cámara de los Concejales de São Paulo para dificultar la interrupción del embarazo en estos casos, uno de los más conocidos miembros del Movimiento Brasil Libre (MBL), el concejal Fernando Holiday, del partido Demócratas (DEM), sabe que el proyecto puede ser suspendido por la Justicia porque excede las competencias del municipio. La constitucionalidad también, aunque no importa. No importa si el proyecto sigue adelante o no, lo que importa es que los electores lo relacionen con “defender la vida”, aunque eso comprobadamente signifique la muerte de las mujeres. Lo que importa es mantener a los seguidores que empiezan a alejarse y conquistar a seguidores nuevos, especialmente entre los evangélicos neopentecostales. Aunque para ello tenga que defender la tortura de las mujeres. El cinismo se está volviendo cada vez más —literalmente— criminal en Brasil.

La estrategia de Holiday y del MBL no es nueva. Pero suele funcionar. En las elecciones de 2010, el entonces candidato a la presidencia José Serra, del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), utilizó el aborto como moneda electoral. Para mantenerse en la lid, Dilma Rousseff, del Partido de los Trabajadores (PT), se alejó vergonzosamente de su posición. Orientada por Lula y con el objetivo de conquistar la presidencia, aceptó la “ayuda” de Eduardo Cunha —el entonces presidente de la Cámara de los Diputados— con los evangélicos, el contingente que más crece en Brasil. Después, en 2016, Cunha lideraría el impeachment de Rousseff.

Desde entonces, las mujeres han visto como se subastan sus derechos en el Congreso. En este momento, en que Jair Bolsonaro debe gran parte de su victoria electoral a líderes evangélicos de la calaña de Silas Malafaia y tiene al diputado federal y pastor Marco Feliciano como principal interlocutor con la bancada religiosa en el Congreso, hacer chantaje con la vida de las mujeres se ha convertido en un deporte todavía más popular.

El MBL utiliza esa táctica desde 2017,

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