Tras dos años compartiendo cráneo Safa y Marwa han podido mirarse a los ojos por primera vez. Estas hermanas nacieron el 7 de enero de 2017 en el hospital de Hayatabad en Peshawar, a unos 50 km de su casa en el norte de Pakistán. Su madre, Zainab Bibi, había dado a luz a sus otros siete hijos en casa, pero con ellas no pudo hacer lo mismo. En una ecografía realizada durante el embarazo se advirtió que las pequeñas podían nacer unidas, aunque hasta su alumbramiento no se supo que sería por la cabeza, una condición rara que se produce en 10 nacimientos de entre un millón.

La situación era delicada. Zainab Bibi vio a sus hijas por primera vez en una foto, el medio que escogieron los médicos para explicarle a qué se enfrentaba. «Eran preciosas, con un pelo maravilloso y una piel blanca y brillante», fue lo que la madre dijo a la BBC sobre aquel momento, «ni siquiera pensé en el hecho de que estuvieran unidas. Eran un regalo de Dios», añadió.

A los tres meses, Zainab Bibi y su suegro -el padre de las niñas murió durante el embarazo de un infarto- se trasladaron a Londres, donde se encuentra uno de los mejores hospitales de niños del mundo, el Great Ormond Street de Londres (GOSH). Allí contactaron con Owase Jeelani, un neurocirujano pediátrico que, casualmente, también es originario de pakistán y que se involucró en el caso inmediatamente. Él y el cirujano craneofacial David Dunaway lideraron el equipo que operó a las niñas.

Solo había un problema, la familia no tenía el dinero necesario para pagar el tratamiento. Afortunadamente, esta circunstancia se solucionó rápido gracias a la generosa donación de Murtaza Lakhani, un rico empresario pakistaní que se conmovió al conocer el caso.

50 horas de operación

Para separar las cabezas de Safa y Marwa ha sido necesario un equipo de 100 cirujanos,

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