En las últimas dos décadas han brotado tres coronavirus con una frecuencia de aproximadamente diez años. En 2002 surgió el SARS, cuya estructura es 80% similar al actual virus, y en 2012, el síndrome respiratorio de Oriente Medio, conocido como MERS. «En los otros coronavirus la difusión era amplia con una mortalidad de hasta el 30%, pero esas epidemias se contuvieron más rápido», afirma África González Fernández, presidenta de la Sociedad Española de Inmunología (SEI) y directora del Centro de investigaciones Biomédicas de la Universidad de Vigo. «Con el coronavirus no me atrevería a decir cada cuántos años tendremos una pandemia, porque sólo existe el histórico de los dos anteriores. En cambio en la gripe sí se ha descrito que hay una cada 30 años aproximadamente».

Esos datos de mortalidad de los anteriores coronavirus son los que encendieron las alarmas con la actual pandemia. «No sabíamos si la letalidad iba a ser igual o incluso superior», expone González Fernández. «Lo más importante era evitar la transmisión, confinar a la gente y separar a los contagiados».

En estas crisis, entre los sectores más expuestos destacan los sanitarios, en primera línea de actuación. En las epidemas de coronavirus anteriores la incidencia en el personal sanitario ha sido mayor que en estos momentos, aun cuando la transmisión de persona a persona en el MERS y el SARS era menos probable que con el actual SARS-CoV-2. La tasa de infección de los trabajadores de la salud fue de un 19,6% durante el brote de MERS, según el Ministerio de Sanidad, y un 21% de casos durante el de SARS, mientras que ahora se sitúa cerca del 14% en España, según Sanidad.

Sin embargo, debido a la virulenta expansión del COVID-19, el número de sanitarios afectados es mayor ahora, con más de 5.400 y diez fallecidos, a pesar de su menor porcentaje en términos totales. Hace casi diez años,

 » Leer más