María Jesús Cruz (Barcelona, 1968), jefa de Neumología del Hospital Vall D’Hebron y coordinadora del programa de asma del Ciberes (Centro de Investigación Biomédica en Red), lleva años estudiando los efectos de la contaminación en la salud.

Pregunta. ¿Le sorprende que la contaminación pueda causar tantos casos nuevos de asma infantil, el 33%?

Respuesta. No, en absoluto. Se sabe que si una persona tiene asma e inhala contaminación, los síntomas se agravan. Pero también, que es otra cosa muy distinta, sabemos que una persona sana puede desarrollar asma por el hecho de estar expuesta a la contaminación. Todos los estudios epidemiológicos apuntan a que el asma está aumentando mucho en el mundo, y probablemente la causa sea la contaminación ambiental. Si no, no se explica; no puede ser solo la genética.

P. ¿Es más grave el asma en los niños?

R. Es más fácil estudiar el asma en los niños. Cuando nacemos no estamos expuestos a nada todavía. En adultos es más complicado porque hemos vivido en diferentes lugares y es más difícil saber a qué hemos estado expuestos. Pero hay una razón más fisiológica para estudiar a los niños: su sistema inmune y sus pulmones todavía están en formación. Es a ellos a quienes más puede afectar la contaminación, aunque algunos se curan de mayores cuando madura su sistema inmune.

P. ¿Se conoce el proceso por el cual las partículas contaminantes producen la enfermedad?

R. No está del todo claro, pero hay mucha investigación en este campo y se sabe que la contaminación puede actuar desde al menos tres aspectos. Por un lado, los contaminantes que entran en el pulmón, por ejemplo las partículas de diésel, producen un estrés oxidativo, que es un mecanismo de defensa natural de las células. Pero al estar expuestos todos los días, deja de funcionar ese mecanismo de defensa. Por otro lado, las partículas rompen el epitelio de los bronquios y producen inflamación. Y una última observación curiosa: se ha visto que los individuos alérgicos, por ejemplo al polen, tienen reacciones más severas cuando están en contacto también con partículas contaminantes como las del diésel,

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