Fernando Cuesta, durante la entrevista realizada por el programa Asturias Semanal de la Radiotelevisión del Principado de Asturias. VÍDEO CEDIDO POR RTPA

«Cada día me levanto pensando en qué movimiento más voy a dejar de hacer». Fernando Cuesta, de 65 años, contaba así en mayo pasado cómo vivía la pérdida de autonomía producida por la esclerosis lateral amiotrófica (ELA) que sufría. «La mano derecha ya está teniendo bastantes problemas», explicaba, mientras la abría y cerraba ante las cámaras de la Radiotelevisión del Principado de Asturias (RTPA). Sin capacidad de andar, ni de mover la otra mano, con problemas para respirar y hablar, y sabiendo «que lo normal sería incluso una muerte por asfixia, he decidido evidentemente que no quiero llevar ese tipo de vida hasta el final», afirmaba, totalmente sereno. Menos de dos semanas después de esta entrevista, Cuesta moría por suicidio asistido en Suiza, el pasado 5 de junio, con la ayuda de una asociación en este país. Su testimonio, en el que defiende que se regule la eutanasia en España, se ha emitido en la noche de este sábado en el programa Asturias Semanal.

«Yo diría que los políticos piensen de vez en cuando en los ciudadanos, y sobre todo en los ciudadanos que están en estas condiciones», afirmaba. «Que de una vez por todas admitan que no todo el mundo tiene una expectativa de vida. No sirve el ejemplo de ‘tengo un amigo que está muy mal pero tiene unas ganas de vivir brutales’. Oiga, es que la eutanasia no es obligatoria. Que viva, pero que nos deje a los demás morir dignamente», pedía. «No quería estar prisionero, ni de su cuerpo ni de nada», explica en el programa su exmujer, Mamen de Pablo.

Cuesta había sido un hombre activo. Ingeniero, con una empresa propia, era, como lo describe su hija Belén en el reportaje, «una persona de decisiones fuertes, claras, una persona muy analítica, que siempre veía los pros y los contras». «Una vez tomaba la decisión, ya sabiamos que realmente lo había valorado todo»,

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